Sentimientos subcontratados o por qué los caballeros deberían temer los grandes modelos lingüísticos
Marshall McLuhan, en su famoso libro Understanding Media: External Extensions of Man, argumentó que cada nuevo medio es una extensión del hombre. El teléfono, por ejemplo, se ha convertido en una extensión de nuestra voz, e Internet se ha convertido en una extensión de nuestro cerebro. En el siglo XXI, hemos visto el surgimiento de otra extensión significativa: las redes neuronales en general y los modelos de lenguaje grande (LLM) en particular, como los desarrollados por OpenAI. Estos modelos no sólo transmiten o complementan nuestros pensamientos y sentimientos: los moldean, los interpretan e incluso los predicen. Y esto suscita serios debates no sólo sobre la futura variedad de profesiones, sino también sobre el hombre como ser pensante en principio.
Sentimientos subcontratados
¿Alguna vez has pensado que poco a poco estamos transfiriendo la expresión de nuestras emociones a la tecnología? Piensa en la frecuencia con la que utilizas emoticonos y emojis para transmitir tus emociones en mensajes de texto. Estos pequeños pictogramas se han convertido en un lenguaje universal que entienden personas de todo el mundo. Así como el teléfono se ha convertido en una extensión de nuestra voz, los emoji se han convertido en una extensión de nuestros sentimientos.
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Nos sentamos en el tranvía con la cara seria y enviamos corazones a la persona que amamos. Nos hemos privado de la capacidad de expresar nuestros sentimientos en persona. Érase una vez, durante la época de la comunicación escrita (en cartas de papel), tuvimos la oportunidad de expresar nuestros sentimientos no en persona, sino a través de las complejidades de las palabras. Inventamos frases bonitas, escribimos largas cartas en las que pusimos parte de nuestra alma. Con la llegada del teléfono y, más tarde, de los emoji, expresar sentimientos se ha vuelto aún más fácil. ¿Qué sigue? ¿Hemos dejado de experimentar estos sentimientos? Creo que la respuesta es obvia: los sentimientos no han desaparecido, solo ha cambiado la forma de expresión.
Modelos como GPT son capaces no sólo de generar texto, sino también de analizar el tono emocional de los mensajes, sugerir reacciones adecuadas e incluso crear contenidos teniendo en cuenta el estado emocional del usuario. Esto plantea la cuestión de qué otros aspectos de la comunicación humana se pueden subcontratar a las máquinas. Es en este punto cuando comienza el miedo a las nuevas tecnologías. ¿Está justificado?
Por qué los Caballeros deberían temer a los grandes modelos lingüísticos
En la Edad Media, los caballeros eran la élite, símbolo de fuerza y honor. Sin embargo, con la llegada de las armas de fuego, su importancia disminuyó drásticamente: los mosqueteros se convirtieron en una nueva fuerza y los caballeros resultaron innecesarios. La historia se repite: hoy en día, muchas profesiones que se consideraban indispensables se enfrentan a la amenaza de extinción debido a la introducción de grandes modelos lingüísticos. Pero en retrospectiva, ¿valía la pena preocuparse de que los caballeros se convirtieran en cosa del pasado? ¿Nos estamos deslizando inevitablemente hacia el abismo de un futuro de pesadilla, sin principios y sin alma?
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Traductores, redactores, consultores, ilustradores, músicos son sólo una pequeña parte de las profesiones que pueden transformarse seriamente o incluso suplantarse por modelos de redes neuronales. GPT-4 y sus análogos son capaces de generar texto al nivel de comprensión humana, traducir idiomas con gran precisión e incluso brindar servicios de consultoría. Esto hace temer que muchos profesionales se conviertan en “caballeros”, desplazados por los nuevos “mosqueteros” de la tecnología.
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Con la llegada de los grandes modelos lingüísticos, el proceso de transmisión de nuestro pensamiento se ha vuelto aún más profundo. Sin embargo, como ocurre con los mosqueteros, esto no significa el fin de todas estas profesiones. En lugar de luchar contra lo inevitable, deberíamos adaptarnos y utilizar nuevas herramientas. Los modelos de lenguaje grandes pueden ser una poderosa extensión de las capacidades de cualquier profesional, ayudándolo a trabajar de manera más eficiente y creativa.
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McLuhan dice que cada nuevo medio cambia nuestra percepción del mundo y de nosotros mismos. Los grandes modelos lingüísticos no sólo amplían nuestras capacidades cognitivas, sino que también nos obligan a repensar nuestro papel en el mundo de la tecnología. Quizás en lugar de temer el desplazamiento de su profesión, que sucederá nos guste o no, deberíamos pensar en cómo podemos integrar estas herramientas en nuestra vida y en nuestro trabajo.
Las transformaciones han existido en todo momento. La única diferencia es que antes estos cambios podían extenderse a lo largo de generaciones, lo que nos dio la oportunidad de acostumbrarnos a ellos con bastante comodidad. Hoy no tenemos tanto tiempo.
