¿Por qué tener un cerebro plano cuando tienes un sensor flexible? / Sudo Null Noticias de TI

¡Hola!

Seamos honestos: nuestro cerebro no es solo una cosa inteligente, es literalmente una supercomputadora, pero con una advertencia: descubrir cómo funciona parece más difícil que completar un juego tipo Souls sin morir. Lo llaman genio, pero parece… bueno, digamos, como un intrincado montón de pasta rizada (lo siento, amantes del cerebro).

Si el cerebro fuera liso, como el asfalto después de una renovación importante, la vida sería más fácil. Y así, tenemos aquí todo un laberinto de pliegues y circunvoluciones, lo cual es un verdadero desafío de descifrar. Y así los científicos acaban de recibir su misión: “Descubre cómo pegar un sensor a esta bola”.. Spoiler: lo lograron. ¡Y estos están lejos de ser los científicos británicos!

En este artículo hablaremos de un sensor que puede adaptarse a cualquier giro. Este sensor no sólo registra la actividad cerebral, sino que también puede controlarla mediante… ¡ultrasonidos!

Ultrasonido focalizado en el cerebro.

El ultrasonido enfocado suena como algo que saldría de la Estrella de la Muerte, pero es un desarrollo médico real que apunta al cerebro sin cirugía. La idea es estimular áreas específicas del cerebro mediante ondas sonoras sin romper el cráneo. Suena conveniente.

Pero aquí está el problema: Para influir en un área específica del cerebro, es necesario saber exactamente dónde está esa área y qué le está sucediendo. Aquí es donde entra en escena el héroe del artículo: un sensor que no sólo mide las señales cerebrales, sino que también puede adaptarse a su forma.

Sensor

Científicos de la Universidad Sungkyunkwan y el Instituto Coreano de Ciencia y Tecnología han inventado un sensor que literalmente puede “hacerse amigo” de las circunvoluciones del cerebro. Se adapta a cualquier forma, proporcionando un ajuste perfecto y mediciones precisas de las señales neuronales. También puede estimular áreas del cerebro mediante ultrasonidos de baja intensidad.

Anteriormente, los sensores que contactaban con la superficie del cerebro enfrentaban el problema de medir con precisión las señales, ya que no podían encajar perfectamente en las complejas circunvoluciones del cerebro. – habla Donhee Son, autor principal del estudio.

Sí, repetimos, el problema era que el cerebro no es una superficie plana. Y cuando el sensor no puede hacerlo bien”se quedará” Debido a esto, las mediciones se vuelven inexactas, lo que dificulta el diagnóstico y el tratamiento. Por lo tanto, el nuevo sensor resuelve este problema, proporcionando un ajuste confiable incluso en lugares con fuerte curvatura.

¿Cómo funciona este sensor?

El sensor, llamado ECoG, consta de tres capas.

SMCA – sensor cerebral

SMCA – sensor cerebral

  1. capa de hidrogel – literalmente se pega al tejido cerebral.

  2. Polímero autorreparable – cambia de forma, adaptándose a las circunvoluciones.

  3. electrodos de oro – eliminar señales y permitir la estimulación cerebral.

Cuando el sensor entra en contacto con el tejido cerebral, comienza la magia: el hidrogel se adhiere, el sustrato polimérico se adapta a la superficie del cerebro y los electrodos comienzan su trabajo. ¡Listo, el sensor está listo para funcionar!

¡Quizás estas imágenes te resulten desagradables!
Ilustración del funcionamiento del sensor.

Ilustración de cómo funciona el sensor.

¿Cómo funciona esto? Al entrar en contacto con el tejido cerebral, la capa de hidrogel comienza el proceso de gelificación, lo que da como resultado una unión inmediata y duradera al cerebro. Después de esto, la capa de polímero comienza a cambiar de forma, aumentando el área de contacto con el tejido cerebral. Cuando el sensor esté completamente “abrazos“Superficie del cerebro, está lista para funcionar.

Pero ¿por qué es esto necesario?

Ahora viene la parte divertida. Este sensor no es sólo un hermoso experimento científico. Es una verdadera esperanza para las personas con epilepsia. Una enfermedad en la que ataques incontrolables pueden apoderarse repentinamente de una persona se vuelve más fácil de controlar. Gracias al sensor, no sólo se puede medir la actividad cerebral, sino también influir en las zonas que provocan los ataques, ayudando a reducir su frecuencia.

Los métodos de diagnóstico anteriores adolecían del ruido generado por señales ultrasónicas, lo que dificultaba las mediciones precisas. Pero el nuevo sensor minimiza este ruido y hace que el tratamiento sea más personalizado y preciso.

¿Adónde conducirá todo esto?

El nuevo sensor ya se ha probado con éxito en roedores vivos y los resultados han sido impresionantes. Los científicos no sólo pudieron medir las ondas cerebrales, sino también controlar los ataques epilépticos en animales.

Pero eso no es todo. Los científicos planean aumentar el número de electrodos, lo que permitirá realizar mediciones más detalladas de la actividad cerebral. También están trabajando para que la implantación de sensores sea mínimamente invasiva.

Conclusión

El cerebro sigue siendo un misterio para nosotros, pero cada año la ciencia se acerca paso a paso a comprender cómo funciona. Las nuevas tecnologías ya están ayudando a combatir enfermedades como la epilepsia y ¿quién sabe qué otros descubrimientos científicos nos esperan a la vuelta de la esquina?

Si quieres saber más sobre el estudio en sí, puedes encontrarlo aquí: Electrónica de la naturaleza.

También sería interesante saber si utilizarías este método.

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